Zidane se movía con la gracilidad de un bailarín. Con una maestría y elegancia innata, él orquestaba el juego con pasión desbordante. Sus pases eran de una perfección pasmosa, como pinceladas magistrales en la https://saadhrwh118388.isblog.net/el-gesto-de-zidane-que-dio-la-vuelta-al-planeta-55595777